La Sociedad Rural Valle de Uco manifiesta su adhesión al comunicado emitido por CARBAP: la lucha contra la fiebre aftosa debe ser técnica, consensuada y con un SENASA fortalecido, evitando decisiones que pongan en riesgo el estatus sanitario.
La fiebre aftosa no se erradica con políticas espasmódicas: se erradica con ciencia.
Desde CARBAP consideramos oportuno recordar que desde hace varios años, y de manera periódica, realizamos Congresos de debates abiertos sobre el plan de lucha contra la Fiebre Aftosa.
Durante el año pasado nuestra Confederación organizó encuentros específicos sobre la necesidad de actualizar el plan de aftosa, y en el presente año el tema volvió a ser ampliamente discutido: primero en el Congreso organizado por CARBAP en Bolívar, en junio de 2025, y más recientemente en el encuentro nacional convocado por CRA en Río Cuarto. En ambos espacios, con la participación de técnicos, productores y representantes de distintos organismos, se planteó con claridad la necesidad de una readecuación del actual Plan de Vacunación, atendiendo a criterios sanitarios, epidemiológicos y de modernización del esquema.
Valoramos que más voces se expresen sobre este tema y que otras entidades quieran acompañar y sumarse en esta linea de trabajo. La propuesta de actualización del plan de aftosa elaborada por el SENASA fue oportunamente compartida y debatida en estos ámbitos, sumando la visión de CARBAP y de nuestros productores, y coincidimos en avanzar en ese sentido.
Sin embargo, hasta la fecha el organismo sanitario nacional aún no ha publicado, ni instrumentado formalmente dichas adecuaciones, lo que genera incertidumbre y demora en un tema central para la producción y el comercio pecuario.
CARBAP sostiene que cualquier decisión vinculada con el camino hacia el objetivo de dejar de vacunar contra la Fiebre Aftosa debe ser exclusivamente sanitaria y técnica, nunca política, a diferencia de lo ocurrido en 1999, cuando — tal como advirtieron CRA y numerosos profesionales— no estaban dadas las condiciones para hacerlo y las consecuencias resultaron muy negativas para el país. La historia demuestra que fue gracias al trabajo conjunto, coordinado y sostenido entre el Estado y los privados a través de los entes sanitarios regionales, y al enorme esfuerzo de miles de productores y veterinarios, que la enfermedad pudo ser erradicada en la Argentina.
En este sentido, reafirmamos nuestra convicción de que el debate sobre el futuro del plan antiaftosa debe darse en el marco del conocimiento científico, con un SENASA activo y fuerte, y con la participación de todos los actores involucrados. El proceso debe basarse en la evidencia epidemiológica, en la consideración de los riesgos de reintroducción, en la evaluación del impacto sobre los mercados internacionales —incluyendo la experiencia comparada de países como Uruguay y Brasil— y, fundamentalmente, en la capacidad real de control y prevención.
Desde CARBAP seguimos trabajando para que se avance con la actualización del plan de vacunación ya consensuada, y sostenemos con firmeza que el estatus sanitario argentino no puede ponerse en riesgo por apresuramientos, caprichos individuales ni decisiones políticas coyunturales apresuradas, como ya ocurrió en el pasado.