- Por el uso del agua y los gases de la ganadería, muchos culpan a la agricultura de la aceleración del cambio climático.
- Los ministros del continente reunidos por un organismo dirigido por un argentino lo niegan y responden.
- Con algún aroma ideológico y una nube de dudas en el aire, la agricultura y la ganadería, muy especialmente, están sentadas en el banquillo de los acusados en lo que a cambio climático se refiere.
- El debate está abierto y el Instituto Interamericano de Cooperación Agrícola (IICA), bajo la batuta del argentino Manuel Otero, decidió alzar la voz.
- En estos tiempos marcados por el azote acusatorio acerca del uso del agua y la eliminación del gas metano y ante el desconocimiento de las prácticas responsables por parte de muchos, Otero convocó a una reunión interministerial de los 34 países miembros del IICA, desde Canadá a Chile y la Argentina.
- La cita es en Costa Rica, la sede del organismo, y lleva como invitado especial al Premio Nobel de Economía de 2019, Michael Kremer, reconocido por sus estudios para aliviar la pobreza global.
- Kremer recomendó el diseño de políticas públicas en América Latina y el Caribe que pongan como centro la digitalización de la agricultura: es lo que se ha dado en llamar la agricultura basada en el conocimiento.
- Veterinario de profesión, Otero fue elegido como director general al frente del IICA en 2021 y fue reelecto dos veces. Su mandato vence en 2026. “Vivimos en una época en la que es necesario producir en ambientes cada vez más afectados por el cambio climático. Hay una frontera de conocimientos que cambia en forma disruptiva. Desde el IICA apoyamos a los estados miembros con información, políticas públicas, proyectos, vínculos para esa agricultura basada en el conocimiento, que utiliza la ciencia como insumo fundamental. La agricultura es parte de la solución. Se trata de un eje estratégico para el desarrollo sostenible. No puede estar sentada en el banquillo de los acusados”, le dice a Clarín.
- Otero argumenta que la agricultura de este continente es garante de la seguridad alimentaria y la sostenibilidad mundial, en momentos en que la crisis climática, económica y bélica, demandan un agro renovado, más productivo y resiliente.
- “Si pensamos en las Américas como un todo somos la región exportadora más grande del mundo. Este es un continente que tiene que estar de pie con autoestima, porque estamos cumpliendo un rol muy importante. Tenemos todos los recursos genéticos, los recursos naturales, la biodiversidad. Contabilizamos el 23% de los recursos forestales, la tercera parte de las tierras; somos claves en el ciclo del agua, del oxígeno. Somos una máquina de producir alimentos, que luego volcamos en el escenario internacional”.
- -¿Por qué se acusa a este sector, entonces?
- -Se cuestionan malas prácticas y se generaliza. No hay otro sector de la economía mundial que pueda hacer aportes tan importantes a la mitigación y adaptación al cambio climático como la agricultura bien manejada que puede actuar como un sumidero de los gases de efecto invernadero, sustentable, regenerativa. Argentina fue pionera en la siembra directa, hay que estar orgullosos.
- Otero insiste en que la agricultura debe posicionarse, hacerse oír de manera diferente en el escenario internacional. De allí el lema de la reunión ministerial que arranca el próximo martes: “Alianza Continental para la Seguridad Alimentaria y el Desarrollo sostenible”.
- Y en cuanto a la ganadería, nos dice el IICA que el rumiante es poderoso para transformar material lignocelulósico, que de otra manera nadie lo podría utilizar.
- “Es una producción de zonas marginales y en muchos países son el sustento de pequeños productores, un recurso para generar comida más proteínicas en las mesas de esos hogares. La ganadería debe producirse con pasturas mejoradas, con ciclos más cortos de producción, con mejoramiento genético, esa ganadería es muy bienvenida”, amplía Otero.
- Eso sí, quedan cabos sueltos. Por ejemplo, la mitad de los suelos de América tienen algún grado de deterioro. De allí el novedoso programa suelos vivos, que se está aplicando en otros continentes y que requieren la biodiversidad para estar sanos y saludables.
Cambio climático: el agro deja el banquillo de los acusados y alza la voz